La diputada nacional del Partido Popular de Córdoba María de la O Redondo ha afirmado que el proyecto de la LOMLOE, por el que modifica la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación (LOMCE) nace anticuada, sin consenso, recorta libertades y derechos y solo busca destruir la ley anterior).
Según Redondo, la LOMLOE, es un proyecto que carece del diálogo y del consenso solicitado por el conjunto de la sociedad, no ha sido informado por el Consejo de Estado, y ha nacido con el afán de ser reconocido en un futuro como el proyecto que derogó la LOMCE.
La diputada popular ha afeado al Gobierno que iniciara este proyecto de ley en pleno estado de alarma. “Cuando España contaba 22.000 fallecidos a causa del Covid-19, a la ministra Celaá se le ocurrió presentar este proyecto de ley; sin duda este no es el momento, no es el mejor escenario para modificar la ley educativa en este país”, afirma.
Además, el proyecto socialista es un proyecto anticuado, una reedición de la LOE del año 2006 que no da respuesta a los desafíos que tendrán que afrontar las nuevas generaciones. “No configura un sistema moderno y flexible que permita homologar nuestro sistema educativo con los países de nuestro entorno; la LOMLOE, de aplicarse, nos retrotraerá a los índices de abandono escolar que dejó el Gobierno de Zapatero donde 1 de cada 4 alumnos abandona los estudios sin título”, dice Redondo.
Por otro lado, este proyecto de ley “es una renuncia en toda regla de las competencias del Estado en materia educativa”, afirma; deja en manos de las CCAA las competencias que la Constitución Española le atribuye, en detrimento de la vertebración y cohesión del sistema educativo, y en particular, de la enseñanza del castellano y en castellano, lengua oficial del Estado en todo el territorio. Renuncia a las enseñanzas comunes (currículo común); a las pruebas diagnósticas de evaluación de ámbito nacional y también a las que tengan efectos académicos.
“Es un texto que destila ideología sectaria, arremete contra las leyes que puso en marcha el Partido Popular, y se arrogan, en un ánimo de confrontación, como los únicos valedores en defensa de las causas de la infancia, la inclusividad, la perspectiva de género, la sostenibilidad, etc. y limitando la libertad bajo un modelo de imposición”, afirma.
Con el modelo socialista no hay una prueba única al finalizar el Bachillerato, la LOMLOE no adopta ninguna medida que permita reforzar las competencias de la Alta Inspección y su capacidad sancionadora, elimina la especialización curricular y la autonomía organizativa de los centros, debilita la figura del director del centro, renuncia a la implantación de un sistema de selección y formación el profesorado de ámbito nacional que permita elevar la calidad el sistema educativo al seleccionar a los mejores docentes y asimismo contribuya a la vertebración del mismo; ataca la libertad de elección de las familias, y muy especialmente a la educación especial y al modelo de educación concertada.
Con este texto se pone de manifiesto que para el gobierno del PSOE la educación no es un servicio esencial ya ni siquiera facilitó un acuerdo en materia educativa en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica; desde el principio al final del nuevo proyecto de ley evidencia la falta de liderazgo y de iniciativa de este gobierno, y su única obsesión en es derogar la LOMCE con los datos positivos que generó.
Así Redondo ha recordado que cuando el PP llegó al Gobierno en 2011 la tasa de abandono educativo temprano estaba en un 26% y cuando salimos del Gobierno había bajado 9 puntos; se incrementó el número de profesores de la enseñanza pública en 38.312 profesores más, se becaron 133.234 alumnos más, y se dotó un sistema de becas y ayudas sostenible frente al agujero de más de mil millones de euros que dejó el gobierno Zapatero; 189.016 alumnos más apostaron por la formación profesional, la ratio profesor/alumno se situó por debajo de la Unión Europea en todos los niveles y el gasto educativo fue similar en términos de porcentaje del PIB a la media OCDE y UE en 2017.
“A veces se debería dejar a un lado la confrontación política, el afán de destruir lo que ha hecho el anterior y reflexionar con los datos, que están ahí y que son una realidad, qué es lo mejor para nuestros niños y jóvenes”, concluye la diputada popular.